Las piernas, definidas anatómicamente como la parte de los miembros inferiores comprendida entre las rodillas y los tobillos y que técnicamente se definen como pantorrillas, siempre han desempeñado fundamentalmente una función locomotriz a través de la historia de la humanidad, pero silenciosamente y cada vez más, encontramos que cumplen otra, atracción-seducción muy evidente en la vida moderna. Pueden llegar a definir el vestuario de una persona, accesorios, calzado y por ende, el estilo propio y quizá de vida de algunas otras; también hay quien se prive de comodidad o de lucir prendas bonitas por el hecho de tener piernas feas.
Con el transcurso de los años hemos venido presenciando fenómenos sociales, históricos y culturales como la “valoración femenina”: Igualdad de condiciones de trabajo, el voto, la literatura y los fenómenos de género, etc. Así como el rápido avance que en nuestra sociedades hace la tecnología, las comunicaciones y la ciencia, con la posibilidad de cambios corporales y de imagen que ha logrado la medicina y la Cirugía Plástica y que permiten a las personas corregir “defectos” corporales, mejorar su autoestima y elevar la calidad de vida que es lo que toda sociedad debe conseguir para sus miembros. Hace muchos años Leonardo Da Vinci definió lo bello como lo perfecto y lo aproximo a “proporciones divinas” dándole cifras y patrón universal a la belleza humana y nos legó a los cirujanos una visión diferente de cambiar y mejorar... y ser médicos en la más pura convicción de este apostolado.
El problema es que existen razas, biotipos, regiones, actividades físicas, enfermedades, traumas y diversos factores que impiden tener estas proporciones y que en lo que respecta a las piernas, hacen que algunas personas busquen solución. Muchas veces y ante los diversos pacientes que aquejan defectos en las pantorrillas hemos planteado tratamientos que van desde conformarse, el ejercicio o la cirugía, dependiendo el caso pues sabemos que las piernas tienen diferencias circulatorias, de flora bacteriana y características que hacen delicadas intervenciones que no lo son en otras áreas del cuerpo humano. La cirugía plástica hoy brinda la posibilidad de aumentar el volumen o nivelar defectos de las piernas con dos procedimientos: La colocación de prótesis de silicona y el autoingerto de grasa autologa (de la misma persona) en las piernas; este último cada vez más en boga en detrimento del primero y que viene siendo solicitado con relativa frecuencia, en la medida que se estudia, depura y populariza el método. Aprovecho para decir que NO EXISTE en la actualidad gel u otra sustancia que inyectada en pantorrilla con fines de relleno que esté exenta de gravísimos riesgos y consecuencias.
La elección final dependerá del consenso entre cirujano plástico y paciente, evaluando los riesgos, las ventajas, los costos y los medios por los que se alcance un resultado; entendiendo que el conocimiento, entrenamiento y responsabilidad hacen parte de dichos medios, con los que debe contar un especialista. Así como corresponde, por ejemplo a un neurocirujano el operar el cerebro, a un cirujano cardiovascular el operar el corazón, a un ginecoobstetra hacer una cesárea, así mismo quien se disponga a realizar implantes o lipoingertos en piernas debe tener los requisitos y medios apropiados.
Concluyamos por decir que existe solución para las personas con “déficit” de piernas, que ella parece cada vez más común , natural y al alcance de la mano; pero que la decisión de hacerlo pasa por un juicioso análisis de cada caso y una estricta ponderación del riesgo-beneficio, que debe ser dado por un cirujano plástico.! Recuerde que están esperando esa tobillera, ése vestido, ésos zapatos o simplemente esa pantaloneta que nunca usó.
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